Martha Isabel Ruiz Dueñas

“Todo lo que sucede en torno a la vida, influye en la obra que materializamos, marca los sueños. Aunque no tenemos el control absoluto, vemos cómo vamos andando inconscientemente en la dirección acertada, con altos y bajos, con retos que obligan a las decisiones; el destino sigue el rumbo, ¿cómo y a dónde? En el momento no se sabe, pero al cabo del tiempo tenemos respuesta, llegamos a donde queríamos llegar.”

Desde muy temprana edad descubrí mi fascinación por el dibujo, se convirtió en una constante en mi vida escolar, universitaria y profesional. Fue precisamente en la facultad de arquitectura que conecté con la acuarela y con el anhelo de convertirme en profesional de esta técnica. Paralelo a mi actividad laboral como arquitecta y editora, exploré el mundo de la ilustración y la gráfica impresa. Tuve la oportunidad de conocer y vincularme al taller del maestro chino Song Xinru, a quien admiro y agradezco su influencia para sumergirme en el apasionante mundo del color y la magia con el agua.

La naturaleza ha sido la inspiración principal de mi obra. De niña gocé estar inmersa en el campo por cortos periodos los que marcaron el derrotero de mi vida. Pasé la mayor parte en Bogotá desempeñándome como empresaria editorial, a los 57 años pude realizar el sueño de vivir en provincia, logrado en el hermoso pueblo de Barichara; desde entonces vivo mi pasión, pintar en acuarela. Puedo definir el estilo de mi obra como figurativo, influenciado quizás por la ilustración realista que realicé para publicidad y para editoriales. Me atraen los espacios comunes en que habitamos, intento plasmar el sentimiento con que desarrollamos las actividades cotidianas, trato de percibir el sentir humano. Es innegable cómo la escuela de arquitectura ha influido en el desarrollo de la obra, me inspira el misterio de los espacios y los detalles que los ocupan.

He encontrado sabiduría en personas que han contribuido a dar forma al propósito, mis mentores, la señora curadora de arte Zenaida Acevedo quien con su apasionado altruismo ubicó mi obra en galería; y al maestro pintor y académico Edilberto Sierra por su valiosa crítica y aporte conceptual.

En la actualidad imparto talleres presenciales de la técnica de acuarela, en mi estudio ubicado en la montaña, lo que ha sido una experiencia de aprendizaje muy valiosa. Materializo la experticia editorial y de impresos con mis pinturas, publicándolas en agendas, libretas de notas y postales cuyos motivos son reproducciones de mi obra.

¡Aspiro poder concretar la expresión de la obra con este sentir profundo que me mueve para pintar y sentirme viva!

Sobre el color

PERCEPCIONES DEL ESPACIO LUMÍNICO SOLAR EN LA OBRA ACUARELÍSTICA DE

MARTHA ISABEL RUIZ DUEÑAS

I

Palabras clave: culturas solares, miradas otras, luminosidad y espectro lumínico, deconstrucción, decolonialidad, poiesis, carta de color, sistema mudo, culturalidad.

Presentación.

En este ensayo sobre una de las técnicas y géneros de la diversidad pictográfica desde hace siglos a través de la propuesta pictórica de la arquitecta Martha Isabel, consagrada desde hace algunos años a explorar e indagar en una técnica que requiere de sensibilidades cromáticas bastante elaboradas y de una gran exigencia en el oficio de los pigmentos acuarelados para alcanzar la impecabilidad en las ejecuciones plásticas, en los temas por ella propuestos; como la arquitectura en entornos diferentes a la ciudad, de allí la importancia del paisaje rural, de espacios abiertos y contrastados con los interiores y exteriores de recintos cerrados, encontramos muy bien solucionados los ambientes elaborados en su obra, la figura humana tratada en los retratos y los temas de la cotidianeidad, donde está inmersa. Su eco entorno está repleto de simbologías y alusiones al ser, son de carácter psicológico, tanto en la figuración como en paisajes de su actual residencia como es Barichara, “el pueblo más bello de Colombia” en el departamento de Santander del Sur.

Aproximaciones desde el lenguaje técnico de la acuarela.

Llamo el color lumínico solar a una circunstancia de contexto y de topografía. Al estar ubicados en la cordillera oriental, región y sistema montañoso de este país y en la capa tectónica más alta del planeta, condición que denota y explica por qué los matices y colores terciarios son de un brillo y exuberancia alta, de un timbre y biorrítmica particular, muy amplio en los matices, en las gamas que produce el espectro lumínico del pigmento en la paleta de la artista.
El recurso cromático se consolida en la infinidad de aplicaciones para transformar y receptar la espacialidad y trasparencias provocadas por las cantidades de agua, que nos permiten el control de la luz sobre el papel blanco quien opera como “médium”, de allí la razón y cualidad de los papeles en fibra de algodón, inventados en la China, cultura asiática milenaria, cuya técnica fue tomada y esparcida por el sistema mundo occidental, África, Asia, América. Son culturas solares por la altitud sobre el nivel del mar y de las capas tectónicas en el globo terráqueo, el sistema montañoso, y predominio de uno de los cuatro elementos, agua (África), aire (América), fuego (Asia), tierra (Europa), condición natural que permite miradas otras lumínicas (desde la luz solar, implica la inclusión de las demás formas de ver, por supuesto también la mirada occidental, ahora lo único o universal del sistema mundo eurocéntrico, entiendo las culturalidades como sistemas y en condición de la Posmodernidad) de colores ricos y pletóricos de la luz solar, de allí la riqueza cromática en las expresiones propias de nuestra culturas milenarias.
Nuestros colores naturales también tienen una vital importancia fisiológica, bioquímica; las sensaciones y pulsaciones tímbricas obedecen a unas características genéticas, el hígado como regulador de las emociones nos ayuda y permite el control de los tonos, los matices y las oxidaciones en la gama de los terciarios, esta variedad cromática de nuestras culturas originarias, connotan una categoría en la creación de los tejidos, de los textiles y fibras de algodón, cáñamo y fique, fabricadas con una planta endémica de la región cordillerana.
El fenómeno de la luz solar y su aplicación en esta milenaria técnica implica una bioquímica desde la retina, los conos y bastoncillos en el globo ocular nos permiten filtrar la luz solar como la organoléptica del ojo.
De allí el colorido exuberante, cálido; el cual no es enseñado sino aprehendido, ya viene en nuestra genética, al igual que la comida, las músicas y las danzas, estas cartografías in situ nos caracterizan, vivimos en el goce del territorio, del jolgorio transmutado, transcultural y diverso.
De lo anterior se reafirma la riqueza propia de la carta de colores, hecha para embadurnar las tristezas del cuerpo y del alma, frente a las adversidades de la vida, (poiética) dignificadas por la luz.
Ecologías lumínicas de los matices: verdes, amarillos, rojos naranjas, fucsias, lilas y azules tropicales; es la riqueza cromática, muy nuestra, propia del lugar de las geografías o cartografías de nuestras regiones, país, continente.
Desde estas prácticas socioculturales se referencian nuevos espacios de enunciación para resignificar, resimbolizar nuestras expresiones estético-artísticas.
La obra presentada aquí en la técnica milenaria de la Acuarela, los constructos filosóficos e interiores, sus disquisiciones plásticas, su propuesta, tienen como finalidad la búsqueda de la luz, la expresión innata, la calidez inmanente desde su interioridad, la fluidez de su ser frente al blanco papel y pigmentos acuosos.

A continuación, describiremos dichas acciones creativas para ilustrar a quienes se interesen por tan bella técnica de la expresión plástica, la cual nos permite proyectarnos tanto en la teoría del color como de sus prácticas estético-artísticas a través de la didáctica de las artes visuales, en el ejercicio de la enseñanza-aprendizaje que la artista realiza en su taller como formadora y educadora en las artes visuales en su terruño y que son un gran aporte para nuestro país.
Ahora las improntas de iniciación en la técnica de la Acuarela teniendo como objetivo el diseño y composición, derivados de la arquitectura, disciplina fundante de las artes plásticas y visuales desde el Renacimiento, amplían el campo estético-plástico de Martha Ruíz (arquitecta y paisajista), la aplicación de los conceptos y didácticas (el saber hacer) y de la gradación tonal de los colores más la identificación de la técnica como son los conceptos fundamentales la gradación, la temperatura, la transparencia, la saturación y oxidación, en las cartas de color: primarios, secundarios terciarios, cuaternarios; las clave son la transparencia, saturación, temperatura, ritmo, frecuencia y oxidación, la aplicación del concepto de colores sólidos o planos, contrastación por complementarios y por opuestos, vibraciones lumínico solares en la teoría del color deconstruido (La deconstrucción implica en las corrientes de pensamiento emergente el poner in situ las percepciones de la luz en los espacios abiertos de las culturas solares, y la comprobación de un espectro lumínico de mayor receptibilidad de la luz solar en pigmentaciones de más brillo, interpelando las teorías occidentales del claro oscuro, o esfumato, propios del Renacimiento) en la búsqueda del espectro lumínico solar de Indoamérica.

El color latinoamericano

Las construcciones lumínico solares son particularmente nuestras culturalidades, tienen una holística, se elaboran desde las fenologías alquímicas los enlaces de los átomos o la ausencia de uno de estos componentes como neutrones o protones, en el enlace físico-químico los que producen los colores en el espectro lumínico.
Nos reafirmamos reiteradamente en la geografía, en las capas tectónicas como las más altas del globo terráqueo en comparación a los demás continentes; condición natural que incide en las visiones ópticas perceptuales y de la retina que tienen que ver con la regulación y fisiología del hígado, de allí la elaboración y filtro del ojo para la carta amplia de los óxidos, ocres, cafés, sienas y luminosidad más el cromatismo en el espectro solar; hacen que desde nuestro contexto sea un color alegre, festivo y carnavalesco, los tejidos de las diversas culturas vivas del continente como son las culturas indoamericanas aunados a los sincretismos, las mezclas africanas, asiáticas y anglosajonas, en el rico crisol intercultural y multiétnico, hacen que tengamos una paleta rica, vibrante, cargada de vida y goce, de tonos altos, diferentes al cromatismo occidental.
La propuesta estético-plástica y visual de Martha Isabel es de intereses muy particulares, como representaciones únicas, de un sello personal en la ejecución técnica, hasta el planteamiento de conceptos socio culturales y poiéticos (La fascinación del pensar en la creación como proceso y forma de conocimiento y de una lúdicra, la poesía, por ejemplo, por la expresión del color por la vida) in situ, son lucidos con una coherencia ética estética, nítidas y claras particularidades ya enunciadas aquí; las formas otras, las miméticas y sensibles, la manera de percibir el eco-entorno a lo largo y ancho de las cartografías ya caminadas, recorridas una y otra vez, nos dejan habitar sus espacios; sus atmósferas, seguir su vuelo en el paso de la luz solar en el tiempo. Indoamérica en la rueda del tiempo solar, somos medio día, percepción, vibración, ritmo, movimiento, transparencia. Clara armonía cosmogónica y biorritmica.
¡Vitalidad de la luz para combatir la sombra!

Desde la poética plástica de Martha Ruiz.


. Sierra Rodríguez, Edilberto:(de) colonialidad de las teorías del color y contextos otros, 2017, Bogotá.

Edilberto Sierra Rodríguez:
Artista Plástico, Magíster en Docencia, Universidad de la Salle.
Investigador en Teorías y Prácticas Estético–Artísticas.